viernes, 8 de junio de 2012

VERANO


La naturaleza nos va guiando por la vida con muchas y diversas señales. El Creador, dejó su huella en ella. Por eso, los creyentes tenemos que aprender a sentir y a vivir los pulsos de las estaciones, los pulsos de la vida. Se acerca el verano y la naturaleza nos invita a recoger los frutos de la cosecha, a abrirnos a la vida, al sol, a Dios… a disfrutar de la recompensa, a gozar de los regalos que cada día recibimos. Es tiempo de dejarse llenar de todo lo que nos hace mejores, de disfrutar de los “placeres”  en compañía de los que más queremos. Dios no se va de vacaciones, y nosotros tenemos que aprender a vivir el verano con Él. Aprovecha esta época para revisar, hacer memoria, pero sin agobios, solamente para ver si has dado el treinta, el sesenta o el cien…

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