Virgen
María:
Eres
feliz porque creíste que para Dios nada hay imposible.
Que
nuestra fe se parezca a la tuya. Dijiste un “sí” que llenó toda tu vida, y
confiaste de verdad en la
Palabra del Señor: que aceptemos siempre lo que El nos pida.
Viviste
unida a Jesús, fuiste pobre y sufriste con El; Ayúdanos a superarnos en la
dificultad.
Amaste
a Jesús como nadie le amó: por eso estás ahora tan cerca de El: que su amor
abarque toda nuestra vida.
Estuviste
con El al pie de la Cruz,
y El te hizo Madre nuestra: concédenos ser vivir cada día más unidos a Jesús.
Amén.